Todos los encuestados coinciden en que no se extiende, porque la tácita reconducción supone un nuevo contrato

No, claramente no, y así viene mantenido por una doctrina reiterada y pacífica del Tribunal Supremo y de los Tribunales inferiores.

La tácita reconducción es un nuevo arrendamiento de la misma cosa por consentimiento de ambas partes, que se estima existente por el hecho de la aquiescencia de una y otra en la continuación en el disfrute al terminar el arriendo. No se trata de la continuación o prórroga del mismo arrendamiento, sino de uno nuevo pactado de modo tácito por el simple hecho, contemplado en el art. 1.566 del Código Civil, de permanecer el arrendatario al terminar el contrato disfrutando 15 días de la cosa arrendada con aquiescencia del arrendador, extinguiéndose el anterior y surgiendo uno nuevo con la duración fijada por el art. 1.581 del mismo texto legal, por años si se fijó un alquiler anual, por meses cuando es mensual y por días cuando es diario.

Por lo que se refiere a si permanece o no la garantía del fiador o avalista en ese período, la respuesta ha de ser negativa por aplicación, con carácter general, del art. 1.207, que dice que "cuando la obligación principal se extinga por efecto de la novación, solo podrán subsistir las obligaciones accesorias en cuanto aprovechen a terceros que no hubiesen prestado su consentimiento", y, con carácter especial, por lo que dispone el art. 1.567 para los arrendamientos, que expone que "en el caso de la tácita reconducción, cesan respecto de ella las obligaciones o