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SP/DOCT/120892

Opinión. Enero 2023

Mediación familiar: 5 ideas equivocadas

Gema Murciano. Redacción Jurídica de Sepín
Introducción
En el momento en el que se produce una ruptura, todo se derrumba, y uno es llevado un poco por la inercia. Acudir directamente a juicio parece la solución fácil, porque es un camino bien conocido, y eso a pesar de que el camino pueda estar jalonado de vistas, modificaciones de medidas, recursos, más vistas, más modificaciones, nuevos recursos, y acabemos, al cabo de los años, siendo casi especialistas en Derecho de Familia.
Si se plantea acudir a la opción de la mediación suelen aparecer ideas preconcebidas por desconocimiento que no tienen por qué coincidir con la realidad.
La mediación solo funciona en las rupturas que son amistosas
Si son amistosas y las partes son capaces de hablar entre ellos y lograr acuerdos, quizás no necesitan a un especialista en conflictos. La mediación funciona en todo tipo de rupturas, si son amistosas el desarrollo será más sencillo y mucho más rápidas, pero si la separación genera situaciones enconadas o difíciles es especialmente recomendable, pues la persona mediadora está habilitada para tratar situaciones de estrés y presión y rebajar los niveles de tensión.
Recordemos que, como especialistas en conflictos, las personas mediadoras no gestionan amistades, gestionan conflictos, esto es, facilitar el diálogo para que dos partes muy enfrentadas puedan encontrar un punto en común del que partir para lograr acuerdos satisfactorios para las miembros que formaban esa pareja. Y es que el profesional de la mediación transforma ese malestar entre las partes en algo productivo: soluciones consensuadas.