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 Doctrina y Consultas

SP/DOCT/109490

Opinión. Febrero 2021

Vecinos molestos y el recurso de la mediación

Gema Murciano Álvarez. Redacción Jurídica de Sepín
RESUMEN

Ruidos, conductas incívicas, y olores son sólo algunos de los problemas que pueden emerger en una comunidad de propietarios y que es necesario armonizar para no llegar a situaciones extremas. Si no mejor la convivencia, a veces acudimos al presidente o al administrador para que sea un tercero el que haga de pacificador, pero cuando eso no funciona, ¿podemos hacer algo más?, ¿puede ofrecer la mediación una solución?

Noises, uncivil behaviors, and odors are just some of the problems that can emerge in a community of owners and that it is necessary to harmonize to avoid extreme situations. If not better coexistence, sometimes we go to the president or the administrator to have a third party act as a peacemaker, but when that doesn't work, can we do something else? Can mediation offer a solution?

PALABRAS CLAVE

Actividades molestas, Comunidad de Propietarios, mediación, ADR

Annoying activities, Community of Owners, mediation, ADR

Gestión Documental
La facilidad de poder recabar ayuda urgente en un momento determinado, mantener la intimidad, la seguridad, la facilidad de acceso a todos los servicios sin necesidad de vehículo privado son algunas de las ventajas que aporta la residencia en una comunidad de vecinos. Ventajas que no parecen tantas cuando se coincide con algún vecino de comportamiento un tanto irrespetuoso que acaba haciendo insoportable la estancia en nuestro hogar.
Estos ruidos, conductas incívicas, y olores son sólo algunos de los problemas que pueden emerger en una comunidad de propietarios y que es necesario armonizar para no llegar a situaciones extremas.
La secuencia habitual suele seguir el siguiente iter: ruidos, olores empiezan a enturbiar la paz de nuestro hogar, solemos empezar enfadándonos, y sólo cuando estamos casi al límite llamamos a su puerta para pedir moderación, pero para ese entonces, ya estamos para pocas tonterías y es inevitable usar un tono que denote lo molesto que estamos. Esa actitud, no suele entenderse bien, y facilita que el interlocutor también se ponga a la defensiva, lo que hace que el enfado alcance cotas mayores.
Si la situación desagradable persiste, la visita al vecino se repite, y empieza a convertirse en un problema de mayores dimensiones, al incluir contestaciones o comentarios inadecuados.
Al no mejorar la convivencia, a veces acudimos al presidente o al administrador, para
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