La doctrina fijada por el Tribunal Supremo en su Sentencia de 9 de mayo de 2013 ha sido ratificada por la de 16 de julio de 2014, ampliada y aclarada por las Sentencias de 24 (SP/SENT/806910) y de 25 de marzo (SP/SENT/806916) y de 22 de abril de 2015 (SP/SENT/810762). En dicha Sentencia se establece la abusividad de las denominadas cláusulas suelo insertas en contratos de préstamo de interés variable cuando se establecen topes mínimos de interés o tipos de referencia. Si bien, en cada una de las últimas ha venido a concretar tres cuestiones fundamentales que esta Sentencia no esclarecía o, más bien, podemos considerar que adolecía de falta de determinación al respecto al no haberse planteado en el procedimiento que dio lugar a la Sentencia del Pleno de 9 de mayo de 2013.

Las tres cuestiones planteadas en cada una de dichas sentencias y que vienen a sentar doctrina jurisprudencial son:

1.º Control de transparencia en las condiciones generales de la contratación concertada con consumidores. Doble control de transparencia. STS, Pleno, Sala Primera, de 24 de marzo de 2015.

2.º Restitución al prestatario de los intereses que hubiese pagado en aplicación de dicha cláusula suelo a partir de la fecha de publicación de la Sentencia de 9 de mayo de 2013. STS, Pleno, Sala Primera, de 25 de marzo de 2015.

3.º Apreciación de la abusividad de la cláusula que establece el interés de demora en un